domingo, 9 de diciembre de 2012

Café Tacvba y la noche en que controló todos nuestros sentidos

Café Tacvba y la noche en que controló todos nuestros sentidos


Café Tacvba y la noche en que controló todos nuestros sentidos




Café Tacvba regresó a Lima e hizo lo que mejor sabe hacer: llevarnos en un viaje por el tiempo cuando saltábamos y cantábamos “Ingrata” y “Las Flores” y hacernos sentir que todo lo que pasó después había sido un paréntesis. Eran ellos con el magnífico disco “Re”, luego nada, y entonces ellos de nuevo frente a nosotros.

Para llegar a tus oídos necesito cantar, mover el aire , crear sonido. El concierto había empezado con una serenidad hermosa. “El baile y el salón” abrió el show, seguido de “Cómo te extraño mi amor”. Estábamos calentando motores después de los acertados teloneros Colectivo Circo Band y La Sarita. Era necesario para el ventarrón de “Las Flores” e “Ingrata” seguidas. Estupenda decisión. Hasta gringos arrítmicos hacían lo que les nació (o lo que podían) con sus cuerpos al son de la música.

De hecho, una coreografía que no se comparó con uno de los momentos cumbres: “Déjate caer”. Cereza en ese momento a la antesala con la avasalladora “No controles” y “Déjate caer”. Los cuatro dejaron sus instrumentos y se animaron a realizar la coreografía que grabaron en el videoclip de la canción. Valgan verdades, con más estilo que hace años. Como para demostrar que en vivo el ‘feeling’ es distinto.

El primer amague de retirada ocurrió después de “El fin de la infancia”. El buen Rubén (“Zopilote” es su más reciente alias) pidió entonces dos promesas para continuar la tocada: un abrazo comunal entre el público y… la “Chica Banda”. Desfilaron por el escenario, entonces, unas 10 chicas del público que bailaron y saltaron como si fuese la primera vez que iban a un concierto. Justamente, lo mismo que hicieron los Café Tacvba. Cada uno desde su lugar, con sus movimientos divertidos y hasta cómicos, parecía que era la primera vez que se presentaban en vivo. “Un show es un gran baile y este local es un salón”, para parafrasearlos.



La gente exhausta y complacida. Promesas de retorno pronto. Los he visto cuatro veces en vivo y no me canso. Porque cuando uno ama alguien
 lo puede esperar un año o cien.
 Y no me digas que tú no vuelves,
 porque igual que yo estás que te mueres.

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